Cuando logras concretar una oferta de trabajo para salir de la empresa en la que estás laborando, es importante planear la manera en que harás el cambio para que la transición sea lo más sencilla posible para tu empleador y para ti.
Es muy importante quedar en buenos términos con tu(s) jefe(s) y la empresa de la que te retiras, aunque el ambiente de trabajo no haya sido el mejor, ya que al final del día puedes volver a topártelos y hasta colaborar con ellos.
Planea cómo darás esta noticia a tus jefes, no solo se trata de comunicarles que te vas de la empresa, sino de hacerlo en las mejores condiciones posibles.
Tu jefe debe ser la primera persona en enterarse, y en la medida de lo posible, enterarse sobre tu decisión, en persona. Una vez que lo hayas comunicado de manera verbal, a manera de seguimiento presenta tu renuncia por escrito para que se formalice tu decisión.
Entrega tu renuncia con dos semanas de anticipación, de manera que tengan oportunidad de buscar y contratar a quien se quedará en tu lugar. Aunque el ambiente de trabajo sea hostil y no quieras quedarte un minuto más en ese lugar, darles tiempo para buscar tu reemplazo, habla de tu profesionalismo y compromiso como empleado.
Evita hacer comentarios negativos en persona o en tus redes sociales, aun cuando ya estés en tu nuevo trabajo. Cuando presentas tu renuncia, es muy tentador decirle a tu empleador, todos los fallos que detectas en la organización o desahogarte emocionalmente sobre porqué decidiste buscar otro trabajo pero debes mantenerte tranquilo porque de lo contrario, perderás profesionalismo.
Comunica tus razones de manera positiva, clara y concisa, evitando involucrar tus emociones y expresando gratitud por la oportunidad que te dieron de ser parte de su equipo.
Es recomendable generar un documento sobre las tareas y procedimientos que deben seguirse en el cargo, para que lo pueda consultar quien se va a quedar en tu lugar, ya que el que mejor sabe qué tareas se deben cumplir en el día a día en tu cargo, eres tú.
Despídete de tus compañeros, haciéndoles saber que colaborar con ellos te dejó aprendizaje y conocimiento, así como el aprecio que les tienes. Si tienes muchos años en la empresa que estás por dejar, es natural haber desarrollado un lazo afectivo con tu equipo y que desees despedirte de cada uno.
Por último, si recibes una contraoferta de la empresa a la que estás renunciando, no aceptes aunque suene muy tentadora. No solo te verás poco profesional frente a la empresa con la que ya te habías comprometido a trabajar, sino que debes considerar que habrá desconfianza en tu ambiente laboral a partir de ese momento, porque saben que no estás conforme con tu trabajo actual.
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