Soft skills: el nuevo diferenciador en el mercado laboral mexicano

Hoy en día, tener conocimientos técnicos ya no es suficiente para destacar en el mercado laboral mexicano. Cada vez más, las empresas valoran habilidades como la comunicación efectiva, la empatía, el liderazgo y la capacidad de adaptarse al cambio. Estas habilidades, conocidas como soft skills o habilidades blandas, se han convertido en un elemento clave para conseguir empleo, crecer profesionalmente y liderar equipos.

La transformación digital, el avance de la automatización y la creciente competencia global han cambiado las reglas del juego. Según el World Economic Forum ya desde el 2023, más de la mitad de los trabajadores necesitarán actualizar sus habilidades en los próximos años, especialmente en áreas como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la resiliencia.

Por otro lado, Manpower Group indica que 7 de cada 10 empleadores consideran que las habilidades blandas son incluso más importantes que las técnicas al momento de contratar. Ya no basta con saber usar una herramienta o manejar un software; ahora, también se busca gente capaz de colaborar, liderar cambios y adaptarse rápidamente.

De acuerdo con LinkedIn, entre las habilidades blandas que más demandan las empresas mexicanas mencionan comunicación efectiva, la cual es fundamental para coordinar equipos, especialmente en esquemas híbridos o remotos. El pensamiento crítico para analizar problemas complejos y tomar mejores decisiones. Trabajo en equipo, clave en entornos laborales diversos y cambiantes. Adaptabilidad, que es la capacidad de enfrentar cambios constantes sin perder productividad. Y finalmente, liderazgo, no solo para dirigir, sino también para inspirar y motivar a otros. En sectores como servicios financieros y manufactura avanzada valoran especialmente estas habilidades, ya que sus mercados evolucionan a gran velocidad.

Sin embargo, en contraste con lo que valora el mercado laboral, la mayoría de las universidades mexicanas sigue dando prioridad a los conocimientos técnicos. Según la Unesco, menos del 35% de los programas educativos en México incluye formación en liderazgo, comunicación o inteligencia emocional. Por lo que la consecuencia puede ser que los profesionistas egresados sean altamente capaces desde una perspectiva técnica, pero con grandes dificultades para adaptarse a entornos cambiantes, comunicarse, liderar gente de distintas mentalidades y resolver problemas más allá de lo técnico o con todo y lo técnico.

Otro de los grandes retos en cuestión de habilidades blandas es dificultad para medirlas, ya que no hay herramienta 100% exacta y objetiva. Siempre deja lugar a alguna interpretación o sesgo. Incluso herramientas como evaluaciones 360° o pruebas psicométricas, según la SHRM, su uso todavía no está generalizado en el país.

En México, las “soft skills” son ya el gran diferenciador profesional. No está lejano el tiempo en el que saber comunicarse, liderar, adaptarse y pensar críticamente dejen de agregar valor, porque se sobreentienda que todo profesionista cuente con ellas, tal y como sucede hoy en día con el inglés. Hablarlo no agrega valor, pero al no hablarlo se pierde competitividad. Pero por lo pronto sigue siendo oportuno invertir tiempo y esfuerzo en fortalecer estas habilidades. Ya que para las empresas el foco de atracción y retención de talento estará en el capital humano que sea técnicamente capaz, pero que sepa desenvolverse de manera efectiva en ambientes organizacionales.