Me encontraba en una discusión sobre la falta de crecimiento de una compañera, recientemente se había enterado respecto a la candidata a llenar su lugar, después de su promoción a otro departamento, estaba en conversaciones para aumentar el salario de la vacante. Esta situación la tenía molesta por razones válidas, ella esperó dos años para poder crecer salarialmente y de repente su antigua posición se veía en negociaciones de un aumento salarial. Llegamos a un dilema que pretendo responder en este artículo, ella no disfrutó de un Plan de Carrera, siendo este su primer trabajo, la empresa no le dijo que seguía y ella no trazó sus siguientes pasos, ¿quién es el responsable?
Es importante mencionar que un plan de carrera es un proyecto de formación individual de un trabajador, cuyo propósito es trazar el curso de su carrera y desarrollo profesional dentro de la organización (Conexión ESAN, 2018). Es también una excelente herramienta de retención y estructuración para la empresa ya que promueve el crecimiento profesional del colaborador actual, evitando así costos de rotación y reclutamiento. Por otro lado, también existen consecuencias al no generar un Plan de Carrera propio, pudiéramos pensar que los puestos que nos ofrece la empresa son nuestra única opción, o creer que los aumentos salariales están atados a un porcentaje o, a un periodo de tiempo. En todo caso el no apropiarnos de nuestros siguientes pasos profesionales acumula una frustración que a largo plazo nos hace voltear y preguntarnos, ¿yo quería llegar hasta aquí?
En un escenario ideal, que si existe en muchas empresas, el Reclutador ofrece el Plan de Carrera de la vacante desde el momento que está explicando los detalles de la posición a los candidatos participantes, ya sea como información complementaria o bien como valor agregado, de ambas formas es mandatorio darle un vistazo panorámico a un potencial colaborador de como lucirían sus próximos años de vida profesional, vistazo que los impulsa a esforzarse más en dicho proceso o incluso a rechazar una jugosa contraoferta. Un escenario común sucede a los 12 o 18 meses de llevar a cabo el mismo puesto dentro de una organización, tristemente este escenario común pudiera ser presentando tu renuncia, o, si existe el espacio para comunicarse, es un acercamiento con tu superior directo para compartir tu sentir y recibir una promesa sin periodo de tiempo de una promoción que no está aprobada aunque tiene escasas probabilidades de suceder cuya única función es mantenerle trabajando 6 meses más antes de realmente promoverte.
Los efectos de tener tu propio Plan no es cancelar el plan de crecimiento que pudiera ofrecerte tu empleador, al contrario, en ocasiones es ese Gerente el que ve nuestro potencial antes que nosotros mismos; a final de cuentas tener opciones de crecimiento es también retarte a salir de tu zona de confort. No planear y no levantar la mano nos encaminará a tomar lo que nos ofrezcan y tal vez darnos cuenta después que nos pudieron haber dado más.
Mi recomendación es hacernos dueños de nuestra vida profesional, que no sea tu carrera universitaria lo último que elegiste por tus propios medios. Planea y ten por escrito tu propia escalera de crecimiento a mediano y largo plazo, los puestos que te interesaría desempeñar, el sueldo que te gustaría percibir y casi obligatoriamente, tus planes académicos a cursar, esto va a direccionarte tan alto como sean tus sueños y no estarás aceptando menos que eso.
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